Telepatía: el poder de la lectura de la mente

Hace ya más de 2500 años Buda describió el poder de la telepatía. Esta descripción se encuentra en el Canon Páli y, analizándola bien, no parece estar vencida, “fuera de tiempo”. Esa descripción es tan precisa y tan completa que todavía podemos usarla en la actualidad. En este sentido, estudiar la descripción dada por Buda no es para nada regresar a una enseñanza caduca o ambigua.

La telepatía puede estudiarse en sus dos fases: una fase activa, que es de emisión de datos, y una fase pasiva que es de recepción de datos. Cuando una mente emite datos mentales, otras mentes pueden recibir esos datos mentales. La mente que emite está en la fase activa del proceso, la mente que recibe está en la fase pasiva. Activo y pasivo aquí no significa mejor o peor ni tampoco inferior o superior: se refieren simplemente al tipo de actividad que hay en la mente de los sujetos. Para recibir datos mentales ajenos (lo que llamamos leer la mente de otra persona), necesariamente nuestra mente debe estar en un estado de menor actividad que la mente de la otra persona, de lo contrario no podremos recibir sus datos mentales. Todo el tiempo los seres humanos están enviando datos mentales. Mientras una persona esté pensando en algo, su mente está emitiendo datos mentales. Los datos mentales pueden ser datos visuales o auditivos: tenemos pensamientos en forma de imágenes y en forma de sonidos. También podemos tener pensamientos en forma de datos olfativos, gustativos y táctiles, pero por alguna razón al ser humano le es más común pensar en términos visuales y auditivos mientras que los datos olfativos, gustativos y táctiles son usados más por la mente inconsciente y subconsciente que por la mente consciente. Los datos auditivos también pueden ser la voz interna de la persona, la voz de su propia mente. Esto es lo que Buda llamó pensamiento dirigido y evaluación. Son los pensamientos que asumen una forma verbal, discursiva, nuestra «voz mental» que forma palabras y signos lingüísticos. Mientras estemos produciendo este tipo de pensamientos, otras mentes serán capaces de captarlos también.

Telepatia1

Tanto la emisión como la recepción de datos puede ser inconsciente. Muchas veces nos pasa que pensamos en algo y la persona que está con nosotros nos comienza a hablar de ese tema, como si se le hubiera ocurrido espontáneamente. Este es un ejemplo de telepatía inconsciente y espontánea: yo produje un pensamiento que no expresé de ninguna manera y la otra persona lo captó, luego ella comienza a hablar del tema y me doy cuenta que yo estaba pensando en eso unos momentos antes. Puede ser también que la otra persona ya estaba pensando en ese tema y que fui yo el que recibió telepáticamente ese pensamiento y que, de los dos, fue ella la primera que habló del asunto. También ocurre que de repente pensamos en una persona que está lejos de nosotros y en pocos momentos esa persona nos llama por teléfono. En este caso puede ser que nuestro pensamiento incitó a la otra persona a tomar la decisión de llamarnos o que la otra persona ya estaba pensando en nosotros y nuestra mente captó ese pensamiento antes de que sonara el teléfono. En ambos casos se trata de emisión y recepción de datos mentales. Millones de personas en el mundo experimentan estos episodios de telepatía involuntaria e inconsciente todos los días, aunque no lo llamamos telepatía porque reservamos ese término para cuando el proceso se hace de manera consciente y voluntaria.

Después de esa telepatía involuntaria, espontánea e inconsciente que ocurre en las masas, viene la forma más incipiente y menos desarrollada de telepatía verdadera: la telepatía receptiva o lectura de la mente. El número de personas que tienen esta habilidad es muy grande en la humanidad actualmente porque es la forma más fácil y menos desarrollada de telepatía verdadera. El ejemplo más típico de estas personas es el caso de los “médiums” que creen hablar con los muertos. Estas personas en realidad son telépatas pasivos que tienen la habilidad de captar los pensamientos de otras personas, personas vivas. Han utilizado su habilidad para ganar dinero por medio de la lectura de la mente de los recuerdos que los familiares vivos tienen de sus familiares fallecidos. Así durante una “consulta” de un “médium” lo que él hace en realidad es captar los recuerdos que el familiar vivo tiene del fallecido. El “médium” cree o piensa que lo que está viendo o escuchando proviene realmente del fantasma del fallecido pero en realidad no es así. Nadie puede hablar con un muerto. Cuando una persona muere, el ser se desintegra por completo. Lo que en budismo llamamos un «fantasma hambriento» (peta en idioma páli), es un renacimiento nuevo, una nueva forma que un ser adquiere después de morir. Un peta no es realmente este espectro que en las culturas occidentales llamamos fantasma, que posee la misma forma y la misma identidad de la persona viva que una vez fue.

Después de la telepatía pasiva, la más difícil de desarrollar es la telepatía activa. En realidad no es muy difícil proyectar pensamientos hacia otras mentes. Ya sabemos que todos estamos enviando datos mentales en todo momento. Lo que ocurre es que una mente para poder captar datos mentales debe estar en un comportamiento pasivo porque no se pueden enviar y recibir datos al mismo tiempo. Como la mayoría de las personas está emitiendo datos todo el tiempo, no pueden entrar en la fase receptiva de la telepatía, y al no poder entrar en esa fase no pueden recibir pensamientos proyectados conscientemente desde otros seres. Entonces, para que un telépata en fase activa pueda introducir pensamientos en otra mente, se le presentan dos opciones:

  • O bien espera a que la otra persona entre naturalmente en una fase pasiva, por ejemplo cuando está meditando, o cuando está en estado de sueño profundo (un estado en que la mente detiene su “parloteo” interno habitual).
  • O se ve obligado a tener una mente más fuerte, más desarrollada, con una capacidad mayor de pensamientos definidos y poderosos, para poder atravesar la barrera del ruido mental de la otra persona e introducir pensamientos en ella aunque ella no esté meditando o en estado de sueño profundo. Muchos seres extraterrestres tienen esta habilidad.

Por esto es que la habilidad activa de meter datos mentales conscientemente en la mente de otra personas es más difícil y menos personas pueden hacerlo. La primera opción arriba requiere que el telépata activo sea paciente y sepa reconocer cuando el receptor está listo para recibir, y la segunda opción requiere que lleve a cabo un riguroso entrenamiento mental con el fin de fortalecer su propia mente y producir pensamientos poderosos que las personas comunes no son capaces de producir.

Telepatia2

En el Sangarava Sutta Buda describe varias maneras de leer la mente de otros seres. En este texto Buda explica que hay tres milagros: el milagro del poder psíquico, el milagro de la telepatía y el milagro de la enseñanza. Hay que decir aquí que en este caso estamos hablando de la parte receptiva de la telepatía, la lectura de la mente, y no de la parte activa de la telepatía, que es la de enviar pensamientos o formas mentales a otras mentes. Traduciré sólo el fragmento que corresponde con el milagro de la telepatía.

¿Y cuál es el milagro de la telepatía? Está el caso de cierta persona que lee los pensamientos de otra por medio de un signo [visión], y dice: “Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera está tu mente”. Y tanto como ella puede leer, eso es exactamente como es y no de otra manera.

También está el caso de cierta persona que lee los pensamientos de otra, no por medio de un signo o visión sino por medio de escuchar una voz de seres humanos, de seres no-humanos o seres de luz, y dice: “Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera está tu mente”. Y tanto como ella puede leer, eso es exactamente como es y no de otra manera.

También está el caso de cierta persona que lee los pensamientos de otra, no por medio de un signo o visión, no por medio de escuchar una voz de seres humanos, de seres no-humanos o seres de luz, sino por medio de escuchar el sonido del pensamiento dirigido y la evaluación mental de una persona que está pensando pensamientos dirigidos y evaluando, y dice: “Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera está tu mente”. Y tanto como ella puede leer, eso es exactamente como es y no de otra manera.

También está el caso de cierta persona que lee los pensamientos de otra, no por medio de un signo o visión, no por medio de escuchar una voz de seres humanos, de seres no-humanos o seres de luz, no por medio de escuchar el sonido del pensamiento dirigido y la evaluación mental de una persona que está pensando pensamientos dirigidos y evaluando, sino por medio del haber logrado una concentración carente de pensamiento dirigido y evaluación mental, y armonizando la consciencia de la otra persona con la suya propia discierne: “Dada la manera en que las fabricaciones mentales de esta venerable persona tiende a ser, el pensamiento dirigido de su mente pensará inmediatamente sobre tal cosa”. Y tanto como ella pueda leer, eso es exactamente como es y no de otra manera.

El primer caso es el más fácil de explicar. Un signo en la terminología de Buda es una característica que distingue una cosa de otra. Esto generalmente se presenta como un dato visual (una visión, una imagen), en la mente de la persona que está leyendo los pensamientos de otra. Es la forma más simple, y también la más común, de telepatía. Lo entendemos mejor cuando lo vemos ejemplificado en el caso de los médiums que afirman hablar con los muertos cuando en realidad lo que hacen es captar estos signos o visiones que los familiares vivos del fallecido tienen en sus mentes. Cuando una persona está pensando en algo, muchas veces ese “algo” es una imagen mental, un dato visual que surge en la mente de la persona. Una persona con habilidad básica de telepatía puede captar esas imágenes y eso es lo que Buda llama signo o visión en ese primer caso.

El caso número 2 es similar al primero, pero aquí ya no se trata de un dato visual sino de un dato auditivo. Así como tenemos datos visuales en nuestra mente, así también tenemos datos auditivos. Cuando pensamos en una persona podemos recordar una imagen que tenemos de ella o podemos recordar el sonido de su voz e incluso muchas cosas que esa persona nos dijo. En este ejemplo de la lectura de la mente la persona receptiva capta estos pensamientos ajenos que son datos auditivos, y los puede captar desde otros seres humanos, desde seres no-humanos (como verdaderos fantasmas, demonios y seres en el infierno), y desde seres de luz. Esta capacidad de leer pensamientos auditivos también la encontramos en los médiums que creen escuchar las voces de las personas fallecidas cuando en realidad están escuchando los recuerdos auditivos que los familiares vivos del fallecido están pensando en el momento de la lectura de la mente.

El tercer caso se parece al anterior pero es más específico. En este caso la persona que lee la mente también está captando pensamientos auditivos pero aquí ya no se trata de recuerdos auditivos que están surgiendo en la mente de otra persona sino el pensamiento auditivo de la propia “voz mental” interna de esa persona. Todos tenemos una voz mental interna que es esa voz que nuestra propia mente crea para pensar pensamientos verbales, pensamientos en forma de palabras. Cuando estamos pensando pensamientos verbales, estos pensamientos suenan en nuestra mente como una voz física que habla. Este sonido es el sonido de nuestro pensamiento verbal dirigido, como lo llama Buda. Así, si una persona está pensando “debo leer este libro”, eso es un pensamiento dirigido que asume la forma de un sonido de voz. Ese pensamiento dirigido puede ser captado por un telépata que lo escuchará exactamente como la persona lo produjo en su mente. El telépata escuchará “debo leer este libro” y lo escuchará exactamente con la voz que la otra persona usó para producirlo en su mente. La evaluación mental es otro proceso mental que asume la forma de pensamientos verbales, pensamiento discursivo, igual que el pensamiento dirigido. La diferencia entre pensamiento dirigido y evaluación mental es muy sutil y podría ser, principalmente, que el primero suena como una voz que afirma algo, de manera muy clara y definida, mientras que lo segundo suena como una voz que pregunta o indaga, quizá con un elemento de duda o falta de claridad. El pensamiento dirigido sale como una flecha, suena y desaparece; la evaluación mental es repetitiva y suave, como un escaneo mental de la realidad.

Este tipo de lectura de la mente es más difícil y menos común que las dos anteriores porque requiere un nivel mayor de habilidad en la capacidad receptiva de la mente. Si una persona del caso número 1 o del caso número 2 aprendiese a desarrollar su habilidad telepática receptiva, podría ascender a este caso número 3 aquí explicado.

El caso número 4 es el menos frecuente o común porque se refiere a un tipo especial y muy escaso de seres humanos. Aquí la persona que posee la habilidad receptiva de lectura de la mente no está captando datos visuales ni auditivos de la mente de otra persona, ya sean recuerdos o el sonido interno de los pensamientos dirigidos y evaluación mental de ella. Aquí el telépata receptivo ha trascendido él mismo los estados mentales del pensamiento dirigido y la evaluaciónmental y ha entrado en un estado mental superior que se caracteriza por la ausencia de estos tipos de pensamiento. Este estado mental es lo que podríamos denominar “tener la mente en blanco”. En este estado mental el parloteo interno de la persona se ha detenido y también ese proceso de escaneo mental que forma parte de la mente que usa símbolos y signos verbales. Aquí la mente del telépata se encuentra en un estado tan transparente, tranquilo y receptivo, que puede “sincronizar” su propia mente con la de otra persona y predecir los pensamientos que van a surgir en esa mente antes de que surjan. Esto es una forma de “ver” la mente ajena, pero no se trata de ver sus contenidos (los pensamientos que surgen) sino ver la estructura total de esa mente, como un águila que otea un laberinto desde las alturas. Buda utilizaba este tipo de telepatía para conocer la mente de otras personas, como se narra en algunos discursos del Canon Páli.

Este tipo de lectura de la mente es muy importante porque es superior a los tipos descritos anteriormente. Implica que el telépata ya no puede engañarse a sí mismo sobre la información que está recibiendo de otras personas porque ha alcanzado un nivel de discernimiento superior en el que tanto su propia mente como la mente de los demás se muestra como un mecanismo transparente y predecible. Los telépatas que leen la mente en los tres primeros ejemplos pueden auto-engañarse, e incluso pueden ser engañados por otros seres por medio de los datos mentales enviados, pero en el cuarto ejemplo estos engaños ya no son posibles.

Sobre el uso poco ético de la telepatía para convercer a las personas Buda dijo:

¿Y cuál es el milagro de la telepatía? Esta el caso de un monje que lee las mentes, los eventos mentales, los pensamientos, las reflexiones de otros seres, otros individuos, y dice: “Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera se encuentra tu mente”.

Entonces alguien que tiene fe y convicción en él lo ve leyendo las mentes, los eventos mentales, los pensamientos, las reflexiones de otros seres, de otros individuos, y dice: “Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera se encuentra tu mente”. Él reporta esto a alguien que no tiene fe ni convicción, diciéndole: “¿No es extraordinario? ¿No es impresionante cuán grande el poder, cuán grande la habilidad de este contemplativo? Justo ahora le vi leyendo las mentes, los eventos mentales, los pensamientos, las reflexiones de otros seres, de otros individuos, diciendo: Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera se encuentra tu mente.

Entones la persona sin fe, sin convicción, le diría a la persona con fe y con convicción: “Señor, hay un talismán llamado el talismán Manika por medio del cual el monje lee las mentes, los eventos mentales, los pensamientos, las reflexiones de otros seres, de otros individuos, y dice: Tal es tu pensamiento, aquí es donde tu pensamiento está, de esta manera se encuentra tu mente.” ¿Qué piensas, Kevatta? ¿No es eso lo que el hombre sin fe, sin convicción, diría al hombre que tiene fe y convicción?

Viendo esta desventaja en el milagro de la telepatía, Kevatta, me siento horrorizado, humillado y asqueado por el milagro de la telepatía.

Kevatta Sutta

Legi ĉi tion en esperanto:

Telepatio: la povo legi la mensojn

***

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.